Mi amor y yo: 2.09 Hechos de papel
Me despierto y un mensaje tuyo es lo primero que ven mis
ojos. ¿Ya te había dicho que eres mi último pensamiento antes de caer rendido?
Entonces, me levanto y esbozo una sonrisa, porque sé que será un buen día si también
estoy revoloteando en tu cabeza.
Hay un montón de fantasías, escenarios que pienso, que
ambos somos protagonistas. Ensoñaciones que no solo viven dentro de mi mente,
sino en cada una de las palabras que nos escribimos a distancia. Y no puedo
evitar escribirlas, impregnar estas páginas en blanco con las emociones que me
inspiras. Que espero que la magia de estas letras se cumpla como encanto, augurio
de medianoche, pero ¿alcanzará papel que ampare tanto sentimiento?
Supongo que es difícil, casi imposible, detener el crecer
de la hierba y cortar el brote de las rosas. ¿Crees que se pueda evitar el
romper de las olas o la erosión de las piedras que golpean? Que necesito más
que nunca el silenciar esta sequia de ansiedad con el néctar de tus besos, pero
solo puedo conformarme con la melodía de tu voz lejana.
Hace semanas que llevo reviviendo, como disco rayado, las
veces que me inspiraste una caricia. Ya llevo días escribiendo las emociones y
pensamientos que resurgen a diario en la penumbra de tu voz que calla cuando no
estamos al teléfono. Pero cada vez que tu entonación se vuelve un poco más tenue,
me pregunto ¿acaso lo he soñado?, ¿será que solo vives en mi cabeza?
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