Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2022

Mi amor y yo: 3.05 Revelación

     Y veo que esta existencia cobra vida como en la emisión de una película romántica antigua, esas del viejo Hollywood. Las que son olvidada con el paso del tiempo y ya no debería transmitir. Al principio, creí que se trataba de una decepción, porque, en serio, no podía creer que la mecánica de mi corazón solo pudiese servir como artefacto de destrucción. Que, si me acercaba tan solo unos centímetros, todo podría volar en pedazos. Entonces, decidí mantenerme distante de cada toque, aunque fuese cariñoso, ocultándome tras una capucha que me hacía invisible a las miradas que no confiaba. En mi fantasía, la magia de la capucha no solo me mantendría invisible, sino a salvo de los golpes y caricias. Ahora sé que me equivoqué, y ya que es tarde para pedir perdón, aunque sea de Dios, siento que he malgastado el tiempo en esta vida. Pero tengo esperanzas que, quizá, todo me salga mejor en la próxima. Aun así, es preciso que el mundo sepa que este corazón no solo es un artefacto de to

Mi amor y yo: 3.04 Anatomía

     No puedo negarlo; si es que lo canto, si lo estoy sintiendo desde lo más profundo del corazón. Simplemente tengo… quiero expresarme. Las manos me están temblando, y no es precisamente por el nerviosismo o el temor a la indiferencia, de la poca importancia que le brindan a un atardecer que está coqueteando justito frente a tus narices. Y, aunque bajo las sábanas mis piernas tratan desesperadamente de cobijarse con las tuyas, supongo que no hay excusa para ignorar las verdades que se ocultan tras nuestros silencios. Sé que cada una de esas rutinas que te empeñas tanto en respetar mantiene tu vida en una sola pieza, ya que, cuando te salgas del libreto, todo podría colapsar. La vida, el pasado, tu mundo entero podría desmoronarse. Y créeme que no quiero entrometerme en la medida exacta para hornear esos dulcecitos que me muero por saborear. Pero, si no te alcanza para endulzar el gris que lucen tus tiernos labios, no podremos disfrutar de la mezcla y del caos de nuestros cuerpos de

Mi amor y yo: 3.03 Para siempre (y un día más)

     Solía hacerme sentir a salvo, como si ningún lobo pudiese cruzar por el umbral. Pero, cuando menos lo esperas, el huracán nuevamente desafía todas las barreras, la paz que yacía acurrucada sobre las almohadas. Y tuve miedo, pero no salí corriendo. En un instante, me cobijé con las frazadas que encontré deshechas encima del brazo derecho del sillón polvoriento y olvidado. Mis miedos se fueron planeando como avioncitos de papel que caían sin cesar. Juro que intenté atraparlos a cada uno de ellos, pero su liviandad me hizo crujir la cabeza. Entonces, ¿cómo no sentirse ansioso? Me sigo cuestionando, si es que puedes escuchar los golpecitos… ¿o acaso vienen desde fuera de la fortaleza que me aprisiona? Y aunque trato de seguir la vibración que provoca en mis huesos, el ruido se pierde con el resplandor de tu sonrisa. Qué cursilería. Me había enceguecido con este espacio que creía compartido que, en esta fantasía construida por libros, películas y canciones románticas, sostener es

Mi amor y yo: 3.02 Por los años que me quedan

     No quiero arrepentirme, sentir que la vida se me ha ido al vacío y esperar que una máquina del tiempo pueda traerme de vuelta todo momento pasado que pudo haber sido mejor. Y pudo haber sido mejor si hubiese estado presentado. Entonces, quiero aprovechar los días que me quedan. Cada uno de ellos. Y cuando me preguntes si estoy listo para dejar este mundo, voy a esbozar una sonrisa y simplemente desvanecerme en el horizonte. He jugado con el tiempo, cuestionándome, prestando atención a las necesidades y afectos ajenos, pero ¿qué hay de mí? Porque sentí que yo no importaba. Antes podía ocultarme tras el fondo y sabía que a nadie le importaría, pero quiero ser visto y escuchado. Quiero que me contemples con tus ojos tiernos de primavera y compartirte lo que veo y siento. Ya no quiero seguir perdiendo mi vida escribiendo historias que van a quedarse guardadas, olvidadas en un estante. Fuera, empolvadas, arrojadas al patio. Quiero escribir historias que hagan palpitar el cuerpo, estrem

Mi amor y yo: 3.01 ¡Qué mundo tan maravilloso!

     En vísperas de navidad, fechas tan importantes al finalizar el año, es difícil, casi imposible el no dejarse envolver por la nostalgia. Quedarse varado entre la alegría de la celebración y el desapego del año que se va. Al contemplar con cautela las decoraciones que se encuentran adornando el árbol de navidad, sin darme cuenta, veo que una mirada de añoranza se refleja en la esfera navideña plateada, dejándome llevar por los recuerdos de épocas pasadas. Escucho risas dentro de mi mente, envoltorios rasgados, vocecitas que entonan villancicos y me siento esperanzado de lo que el próximo año nos pueda entregar. Sé que digo constantemente que soy como el grinch que se robó la navidad, pero, de un tiempo a esta parte, me siento más que agradecido y afortunado de todo lo que me rodea. Afortunado porque miro y me doy cuenta de la vida que he construido, cuando parecía imposible el continuar. De alguna manera, no solo encontré una puerta o una ventana abierta, en medio de un callejón

Mi amor y yo: Me quiere, no me quiere...

     Y si es cuestión de confesar, no he sido para nada honesto sobre quién soy. Curiosamente, por más optimista y sonriente que pueda lucir, soy alguien que le teme al mundo, porque este se ha vuelto demasiado cruel y despiadado. De noche, trato de cerrar los ojos, buscando un solo segundo de paz, pero el estallido se sigue escuchando fuera de casa, así que agarro fuerte las cobijas, le doy una mirada a los gatos y siento un punzante palpitar. Aun así, sigo esperanzado del fin, de un nuevo comienzo. Sé que puede sonar incoherente, pero amo el frío. Solo necesitas de unas prendas para abrigarte; un gorro de lana, una bufanda colorida. Aunque más que las prendas, prefiero de un abrazo apretado y un tecito bien calentito pa’ apapachar al corazón. Y no hay nada que una tacita de té no pueda resolver. Algunas veces escribo porque mis emociones pueden convertirse en un huracán que podría derrumbarlo todo. Entonces, trato de controlar, dejar que la erupción de emociones cese su terremo

Mi amor y yo: 2.12 La luz renace (Vol. IV)

     Aunque deje el agua correr por cada curva de mi cuerpo, tentado a sumergirme, el ancla siempre me va a empujar a la superficie. Los recuerdos se proyectan como fotografías a lo largo del mar. Puedo contemplar días festivos; velas que se encienden y apagan de un solo soplido. Veo paseos en familia, caricias de antiguos amores y risas con amigos entrañables. Y también me doy cuenta que, quizá, lo di todo por sentado. Sé que vale la pena respirar el aire, pisar fuerte sobre la hierba y gritar que te quiero a los cuatro vientos, pero, necesito traspasar los límites. Quise coger las fotografías, tocar y conmoverme con los bellos momentos que alguna vez viví sobre la tierra, pero en cuanto los tomé y abracé contra mi pecho, estos reventaron como burbujas. Si me voy con la corriente, puede que mi cuerpo se encuentre enterrado como tesoro escondido, bajo la penumbra de la marea y lo recóndito de sus misterios. Si dejo que la marea me arrastre hasta el fin de los tiempos, puede que

Mi amor y yo: 2.11 El azul más profundo (Vol. III)

     Solo era un pajarito danzando sobre la arena blanca, tan diminuto y frágil, y gocé cada minuto que estuve sobre la arena. Me moví y dancé por horas, sumergiendo mis patas por cada granito que podría empuñar y me los restregué por todo el cuerpo. Quería sentirme vivo, uno con el universo. Y así como te reclama, te pide que vuelvas al comienzo, la sangre corre ligera por las venas, y renací de las cenizas, con la tierra revuelta en agua cristalina. Con ambas manos tomé el barro y se creó la figura que yace sobre el reflejo del mar. Dicen que –polvo eres y en polvo te convertirás-, pero, cuando este cuerpo resurja del barro y agua salada, al secarse mi armadura, ¿me desvaneceré con el viento? De qué sirve que le reclame al aire, cuando este vacío me llena de ansiedades y espinas, creyendo que encontraré respuestas en las ramas de los árboles, porque en ningún lugar encontraré la certeza de ver el sol despertarse desde el rinconcito de tus ojos dormidos, hasta esconderse bajo

Mi amor y yo: 2.10 Inventándote

     (…) Que esta fiebre que siento, que sube como la espuma, me está revolviendo la cabeza. Vi cada momento que vivimos desde un caleidoscopio; en colores brillantes y distantes a mi toque. Tan fuera de mi alcance, viéndome diminuto, pero con los pies bien puestos sobre la tierra, mientras te ibas elevando como un volantín hasta lo inverosímil del cielo. Quizá viví enfermo, envenenado de tus besos, que cada caricia tuya no solo fue alivio para mi cuerpo moribundo, sino que necesitaba del aguacero de tu cariño. Hoy tengo miedo de la fantasía que mi mente ha creado, porque ya me siento apegado a lo cálido de tu piel, y el solo hecho de pensar que podría esfumarse cual espíritu que acecha, como una maldición de siete años, se me puede desmoronar el mundo. Me voy a volver loco. Como en el desierto, tal vez estoy viendo lo que no está ahí. Como tratando de alcanzar un oasis, me siento sediento de este apapacho que me has prometido, pero todo se me escurre como agua entre los dedos. Si eres

Mi amor y yo: 2.09 Hechos de papel

     ¿Crees que se pueda contener un rayo en un frasco de cristal? Tan salvaje, indomable, si lo mantienes reprimido, todo podría explotar. Me despierto y un mensaje tuyo es lo primero que ven mis ojos. ¿Ya te había dicho que eres mi último pensamiento antes de caer rendido? Entonces, me levanto y esbozo una sonrisa, porque sé que será un buen día si también estoy revoloteando en tu cabeza. Hay un montón de fantasías, escenarios que pienso, que ambos somos protagonistas. Ensoñaciones que no solo viven dentro de mi mente, sino en cada una de las palabras que nos escribimos a distancia. Y no puedo evitar escribirlas, impregnar estas páginas en blanco con las emociones que me inspiras. Que espero que la magia de estas letras se cumpla como encanto, augurio de medianoche, pero ¿alcanzará papel que ampare tanto sentimiento? Supongo que es difícil, casi imposible, detener el crecer de la hierba y cortar el brote de las rosas. ¿Crees que se pueda evitar el romper de las olas o la erosió