Entradas

Mostrando entradas de junio, 2023

Los mensajes que callé: Descontrol.

A través de tus ojos, manecillas van hacia atrás, una sensación familiar, la electricidad que no requiere caricias y podría perderme por siempre en tu profundidad.   ¿Qué ves en mi mirar?   Lo luminoso, atrapado en los ojos cerrados, lo podría sentir si te acercas, un poquito más.   Que mis espinas no te engañen, estoy deseoso del roce, de un solo toque, y aunque duelas con tus caricias que queman, me completas, me elevas.   Y voy a ser más valiente y romper esta barrera que nos detiene.   Un paso hacia ti y todo lo puede cambiar, que así sea, me quedo contigo en la oscuridad.

Los mensajes que callé: Síndrome del corazón roto.

     Fui a dejarte flores. En este día extrañamente hace un poquito más de frío durante la mañana, aunque es lo que se esperaría de una mañana de otoño. Y tomo el mismo camino, la misma ruta que hoy decidí cambiar, pero esta vez me fijé en todo lo que me rodea. No te voy a mentir, porque no ha sido nada fácil aceptar tu partida, pero, sabes que soy un hombre de hábitos y costumbres, solo así puedo mantenerme en pie. Me doy cuenta que la caminata me ha hecho perder la puntualidad, esa misma que siempre rabiaste conmigo, porque nunca fuiste bueno para estar listo a tiempo. Y en mi reloj veo la hora espejo, ya es el momento perfecto para pedir un deseo, y estoy seguro que sabes qué es lo que más quiero. Siempre lo sabías todo. Ya son las 11:12 a.m, el tiempo pasó y confieso que aún no me acostumbro a hablar de ti en pasado, pero cómo es posible hacerlo si te siento cada día, a cada segundo, tan presente. Al levantarme en la mañana, miro rápidamente el lado izquierdo de la cama y sie

Los mensajes que callé: La distancia entre tú y yo.

Creí que no estabas a mi alcance lejano de mi tacto solo imaginando caricias, besos en la madrugada, sueños en los que me sumerjo bajo tu piel, un enigma.   Es cálido tu toque, aunque no te pueda ver tu amor se siente bien.   A kilómetros me miraste y existí, vivo solo para ti, y el hilo que nos une no es una coincidencia, viniste a mí como las olas incesante, y el desastre llevaba tu nombre.   (Espero) que el viento siga soplando a nuestro favor   y quiero que me lleve donde tú estás donde el resplandor se funde con el rocío de primavera y tu mirada se pierda con la mía de alegría   (Quiero) que la distancia no sea nunca una excusa para desaprovechar, dejar ir esta mágica oportunidad.

Los Mensajes que Callé (LMC): La despedida.

     Te miro de frente, pero, a ratos, se me hace difícil reconocerte. Cómo puede haber cambiado tanto este amor, de la noche a la mañana, o solo irse sin dejar rastro. Me preguntas el por qué sigo reclamando, que esta historia se ha acabado, y claro que se ha terminado, si tú mismo la mataste. Me alejaste, asfixiaste todas las ganas y los sueños que hablamos, tendidos sobre tu cama, desnudos y abrazados. Y cuando lo recuerdo, una lágrima se me escapa, marchando resignada por la mejilla, y detesto mostrarme vulnerable frente a ti, otra vez. A pesar de que me quedo sin aire, suelto un grito ahogado y te digo que desearía no sentir esto que siento, acumulado en el pecho, que me tiene deshecho, pero, al recordar que tuvimos nuestros buenos momentos, simplemente me quiebro. En medio de tu abrazo y el sollozo amargo que se te escapa, me preguntas de qué manera podrías haberlo hecho mejor, y aunque el cuestionamiento viene un poco demasiado tarde, con el conchito de amor que nos qued