Vida pasada: Como las hojas desteñidas.
Algunos días me gustaría no sentir nada. Mi corazón se haría piedra y simplemente podría no sentir las heridas. Anhelo el silencio como una tonada, cuando estoy solo en casa y todo cobra sentido. Luego, apago la lampara y recostado, tendido en el infinito espacio abrazado conmigo mismo solo, distante al sonido. Preferiría que el sueño me alcance y llevarme al vacío de un tirón, pero permanezco contemplativo ante las sombras que danzan en el cielo. Escucho que me llaman, me dicen que las siga y me una a su baile interminable. Y juro que podría dejarlo todo, desvanecerme en aquellas figuras, pero, nuevamente la luz irrumpe, me deslumbra. Si me derrumbo con todo el peso del corazón, ¿podría caer de pie o flotaría como un montón de hojas desteñidas de algún otoño olvidado? Respiro lentamente pa’ que el sueño me lleve de una carrera sin fin y cierro los ojos mi vida dependiendo de ello con cada