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Mostrando entradas de diciembre, 2021

10. Espiral

    Y no sabía a quién recurrir. Porque, cuando la lluvia cayó incesante sobre mi cabeza, ¿qué más podría haber hecho? Podría dejar que la lluvia precipite sin descanso, casi como si fuese una guerra entre la naturaleza y yo. Sin embargo, pese a que busque asilo en medio de la penumbra, puede que solo me haya encontrado conmigo mismo y su reflejo. Quiero verme en el espejo. Descubrir que hay más allá de lo evidente. Porque pareciera que todos pueden reconocer esa sonrisa que traigo puesta sin esmero en los labios, pero, ¿será real? Si me veo directo desde el reflejo del espejo, ¿soy yo quien se encuentra del otro lado? Así que, sin más demora, miré penetrante a la figura sobre el fondo. Así descubrí las arrugas que se han cobijado del lado de mis ojos, y tal como lo dijo una eminencia, que las arrugas son solo las marcas que demuestran que he vivido. Tal vez he reído y también llorado. Pero, sobre todas las cosas, he celebrado la vida como ningún otro. Y es que la vida es una sola,

9. Ensueño (final)

     Escucho el susurro del viento esconderse entre sus pestañas. La oscuridad se abrió para mí y sentí que caminaba sobre el aire de tus pensamientos. Deseé ir más lejos, pero me detuve a contemplar el tornasol de tus manos gentiles. Tan dulce y clarividente. Pensé que jamás me había ido, aunque ya me había ido. Pero no tenía la razón, del corazón. Las ramas de los árboles se abrieron de par en par, parándome en puntillas para alcanzar las raíces lejanas y tuve miedo. El pecho se me apretó. Cerré los ojos con fuerza, aunque el silencio me comiera con desgano, pero el espacio entre él y yo se hizo más y más corto, y más corto, que no lo pude sostener. Vi como todo lo que estaba a mi alrededor, cada luciérnaga, cuervo, bestia me contemplaba como si fuera la más inhóspita de las maravillas. Paralizado. Atónito… ¿sin palabras? Sabía que debía continuar el camino, un sendero que me había estado reclamando desde tiempos inmemoriales, pero ¿debo hacerlo? ¡Anda, dame una razón! Dime q

8. No estoy perdido

     Sé lo que ves cuando paso frente a ti. Ves que una figura va moviéndose lentamente frente a tus narices y, pese a que todo vacila en cámara lenta, dejas pasar la oportunidad de quebrar la intimidad. Seguramente piensas: “heme aquí, en un día normal, cuando el sol golpea con fuerza y determinación y, cerca de mí, una sombra se ha posado sobre la faz de la tierra”. ¿Sabes qué? Quiero ir más allá de ser observado por una manada de hienas, riendo a mis espaldas. Qué paranoia, ¿no? Estando de lado a lado, codo a codo, varios pensamientos vienen a mi mente. Quisiera darme la media vuelta y decirte al oído, tan despacio, tan bajito, que ha habido mejores días, porque, aunque aquel día de mayo amaneció con más claridad, sigue siendo más oscuro que el anterior. Entonces, me armo de valor y me pregunto si vendrán días mejores. En medio del silencio, mientras la luz del día viaja violentamente sobre nuestra piel, mueves las manos desinteresadas por tu cuerpo y te acercas un poquito m