Los mensajes que callé: La alegría del amor.
¿Está roto tu corazón? Déjame vendarlo, darle los cuidados apropiados, llenarle de caricias hasta sanar la herida, que no hay nada en esta vida que quiera más que cuidar de ti. Y te ofrezco mis hombros no solo para llorar, solo apóyate en ellos y verás que juntos lo podemos superar todo y te brindo mis brazos y piernas, mis risas y besos, mi tiempo y el cariño que te tengo, que un solo beso nos conceda, un infinito, contigo. Si tu saltas, yo salto, amor. Suéltale la mano al miedo no es nuestro compañero, afrontaremos la angustia y el pesar, tú y yo, dos amantes de la vida porque no hay mayor alegría verte los ojitos morochos sonreír.