7. Juego de supervivencia
Qué me preocupa tanto, si no es más que una cáscara y tengo entendido que las cáscaras se rompen. Así que, está dicho y hecho. Todo se rompe y a nadie parece importarle. Entonces, qué más da. Porque, no es la primera vez, pero ¿será la última? Se lo supliqué, entre dientes. El grito sordo sobre su regazo y temí romperme sin más. Pero resistí. Orgulloso dibujaste una sonrisa en mi cara, le disté cuerda a mi cuerpo y pude seguir adelante. Lo necesito. Quise negarlo, pero lo necesito tanto que me duele cada pensamiento que irrumpe en mi cabeza. Con cada paso de vuelta a casa, el recuerdo; la memoria me carcomió desde fuera hacia dentro. Con cada paso, todo vino a mí como olas gigantes sobre la orilla de la playa. Insostenible. Y ¿cómo resistí?, eso es lo que me pregunto. Ya que, como dije, no es más que una cáscara. Se puede romper. Quizá no vuelva a armarse y, entonces, nada será como antes. Cierro los ojos y llega al momento cuando todo se rompe. Siento el sonido quebrá