Vida pasada: Como las hojas desteñidas.

 


Algunos días me gustaría no sentir nada.

 

Mi corazón se haría piedra y

simplemente

podría no sentir las heridas.

 

Anhelo el silencio

como una tonada,

cuando estoy solo en casa

y todo cobra sentido.

Luego, apago la lampara y recostado,

tendido en el infinito espacio

abrazado conmigo mismo

solo, distante al sonido.

 

Preferiría que el sueño me alcance

y llevarme al vacío de un tirón,

pero permanezco

contemplativo

ante las sombras que danzan en el cielo.

 

Escucho que me llaman,

me dicen que las siga y me una

a su baile interminable.

 

Y juro que podría dejarlo todo,

desvanecerme en aquellas figuras,

pero, nuevamente la luz irrumpe,

me deslumbra.

 

Si me derrumbo con todo el peso

del corazón,

¿podría caer de pie

o flotaría como un montón de hojas desteñidas

de algún otoño olvidado?

 

Respiro lentamente

pa’ que el sueño me lleve

de una carrera sin fin

y cierro los ojos

mi vida dependiendo de ello

con cada segundo que pasa

y me aferro al siguiente día.

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