Cartas pa’ seguir viviendo: El principio en el fin

    Creí que tenía la última palabra. Una más. Ya no sé cómo continuar.

Siempre he estado obsesionado. Me causa curiosidad el final de las historias. Es más, soy de esos que leen el final de un libro incluso antes de comenzar. Era como una cávala, quizá. Me hacía sentir seguro.

En verdad, es de ansiosos.

Desde que tengo memoria busco el fin de mi propia historia. Algunas veces, imagino los escenarios, preguntándome, avanzando, superando los obstáculos. Y justo cuando creo que voy llegando a la meta, despierto del sueño. Es momento de empezar otra vez.

¿Acaso es culpa de Disney, otra vez? Que tengo esta fijación con el final feliz. Y cuando siento que he llegado, que lo he encontrado, la historia sigue y me quedo sin argumentos.

Dicen que “tras cada final, hay un nuevo comienzo”, y si así fuese, si al terminar todo vuelve a comenzar, qué hay de mi final.

Ya con los pies cansados y los ojos adormilados de tanto soñar. Pese a que no sé cómo continuar, supongo que las palabras me seguirán acompañando. Despejando y coloreando el camino para seguir.

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