Cartas pa' seguir viviendo: Prólogo
No puedo gastar otro año tratando de resistir.
Doy vuelta la cara, contemplando
el lado oscuro de la luna y me doy cuenta que, tras mi existencia en esta vida,
siempre he tratado de sobrevivir.
Cuál es el precio que hay que
pagar. Deshojando los años de juventud, queriendo desvanecerse en medio de esta
tragedia. Pero el universo es más sabio y te entrega en bandeja de plata un
poquito más pa’ derramar.
A veces, simplemente, no es
suficiente. Sin embargo, resisto. Y no quiero, me niego a hacerlo otra vez.
Pero sigo, por todes, menos por mí, ¿o sí?
Y ya no voy a resistir, como agua
que aguanta sofocada en la represa. O como las mariposas que aletean lento para
no ocasionar un huracán. Porque, con estas manos que empuño, voy a derribar la
resistencia. Con estas piernitas frágiles avanzo a paso fuerte y decidido, y
alzo los brazos en son de paz, pa’ que esta guerra conmigo mismo se detenga en
el intersticio de su apogeo. Y aunque desearía desplomarme en medio de un campo
de margaritas, ojalá en llamas, voy a continuar sembrando latidos que vibren
bajo mis pies.
Entonces, ya no es resistir por
aguantar, ni soportar pa’ sobrevivir. Que hoy quiero vivir, aunque suene
irónico y nada poético. Quiero transformarlo todo con estas manos que esculpen
el mundo y con este cuerpo artístico que colorea el llano.
Aquí estoy. Vivo pa’ seguir
viviendo.
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