Cartas pa’ seguir viviendo: Renacimiento
¿Será como un sueño que se materializa en el interludio de un eclipse de medianoche?
Las aguas
cristalinas del lago se agitan, desesperadas, invitan a que puedas zambullirte
y encontrar lo que sea que yace escondido en lo profundo. Y pareciera que el
fondo podría no acabar nunca, más las hojas danzantes recitan la poesía que
cobra vida cada que las luciérnagas evocan la luz necesaria pa’ apaciguar lo
que ha despertado.
Todo sucede en constante
cámara lenta, la electricidad sigue moviéndose; a ratos deprisa, y en otras,
con la parsimonia que precisa.
“Despierten los
ojitos dormilones”, se escucha como susurro de las criaturas que no quieren dar
cara, pero saben que vienes en son de paz. Porque, los latidos frágiles como
hojas de otoño suspiran clemencia, mientras que tu mirada lo descubre todo como
si fuese la primera vez. Está claro que perteneces, que todo es familiar.
Y no necesitas
de ojos desnudos para traslucir la oscuridad del manto nocturno, ya que con las
manos vas saboreando todo lo que a tu alrededor acompaña.
De pronto, sientes
las ansias de cargarlo todo. Palpar la electricidad que sigue latiendo en el
aire, arrojarte al agua cristalina que te refresca la cara con solo pensarte.
Quieres alcanzar los pétalos que guiñan y piden que te levantes y juegues sobre
la tierra de maravillas que se abre y transforma ante ti.
Nueva vida que
se vierte sobre este universo que siento en mí.
Comentarios
Publicar un comentario