Cartas pa’ seguir viviendo: Atrapa-miedo
Es increíble como un espanta cucos y unas mantas hasta la cabeza podían proteger de todo mal. Antes todo parecía tan sencillo, especialmente enfrentar el miedo. Y si no podías hacerlo, siempre tenías a tus padres cerca para ayudarte a confrontarlo. Pero de adulto, cuando se supone que posees las herramientas y valentía, el poder para hacerlo, no puedo dejar de preguntarme: ¿Qué hacer cuando el miedo persiste?
Tal vez es una
de esas situaciones en las que finges y finges hasta que lo logras, o solo por
el hecho de cumplir la mayoría de edad, un poder desciende directo del cielo y
te da el empoderamiento necesario para enfrentarlo.
Puede que esa
sea la razón por la que adorné la ventana de mi habitación con guirnalda de
luces y un atrapasueños, porque, si en medio de la oscuridad, cuando es más
simple para las sombras hacer travesuras y danzar, el mal podría quedarse
atrapado entre los hilos y telas y los colores restaurarían la paz.
Ojalá todo
fuese tan simple remedio como un atrapasueños colgando en la ventana o la
vigilia de papá y mamá. No obstante, a medida que crecemos y la adultez hay que
abrazar, si algo me queda de consuelo, es que viviré otro día para volverlo a
intentar. Enfrentar los miedos, cambios y males que acechan en la
oscuridad.
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