Cartas pa’ seguir viviendo: En el tintero
Me cuesta pensar en aspectos pendientes de mi vida, porque, cuando pienso en lo que está pendiente, siento que hay algo que me falta. Y siempre he dicho que me siento afortunado, más bien, privilegiado.
Tal vez no he
podido, a causa del tiempo o por dinero, viajar por el mundo, pero he ido no
solo donde el viento me llevó, también donde he querido y me lo he propuesto.
Pude estudiar y ejercer una carrera que amo. Estoy rodeado del amor de mis
amigos y familiares, entonces, qué me podría faltar. Y, de repente, las letras
irrumpen este corazón desbocado.
Quizá no es que
me falte, que algo esté pendiente en esta vida, pero ¿será que no es
suficiente?
Paso casi todo
el día alejado de ellas, transformándolo todo en un acto simple y formal,
cuando lo único que quiero es unirlas, enhebrar cada letra y arrasar esta vida
como un huracán. Quemarlo todo a su paso, en un solo acto de creación y
destrucción.
Siento que lo
pendiente no es reconciliarme conmigo mismo y aceptar que un solo ratito en la
noche no será nunca suficiente para sentir y crear. Vivir. Que necesito sumergirme
en esta pasión aprisionada y arder con ella.
Vivo en un
ciclo inevitable en que nada es suficiente. Qué me detiene. Ya no lo aguanto.
Quiero arder.
Comentarios
Publicar un comentario