Mi amor y yo: 1.09 Un beso antes de...
Qué
puedo decir… soy un fanático de los romances de épocas pasadas, como cuando
sentías una liberación de adrenalina al cruzar miradas y, de pronto, sin tu
consentimiento, una melodía empezaba a sonar desde el corazón. Y dedicabas esa
canción porque no paraba de sonar en tu cabeza y, sabías que, si también la
escuchaba, sentía lo mismo por ti. Entonces, era el destino.
Jamás
creí que me volvería a pasar, pero, aquel día, cuando dimos vueltas por una
ciudad silenciosa, las hojas de los árboles me susurraron tu nombre y,
simplemente, lo supe.
Buscaste
por un lugar que nos brindaría un atisbo de intimidad. Y soy tan tonto, a veces,
dije, porque, ¿cómo no se me ocurrió antes? Y me mostraste lugares desconocidos
que, con cada paso, pude apreciarlos con tus propios ojos. Ya todo se me hacía
familiar. Y visitamos lugares en los que viviste tu infancia y casi pude
contemplar al pequeño tú que también me habría encantado conocer y abrazar.
A
medida que la tarde se vino sobre nuestras cabezas, busqué la forma de quedarme
un ratito más envuelto en tus brazos. Y aunque la vida es eterna en un beso, sé
contigo nunca sería suficiente.
Mientras el abrazo aceleraba nuestros latidos, partí mi corazón en dos, palpitando el corazón más fuerte que nunca. Una mitad la dejé arraigada bajo mi pecho y la otra la sembré con un beso sobre tu cuello. De esa manera, cada pensamiento, llamada y mensaje me haría convivir dentro de ti, hasta reencontrarnos en una siguiente oportunidad.
Comentarios
Publicar un comentario