Los mensajes que callé: Esperanzado (en ti).

Ahora que me cuestiono el por qué, si fue por simple miedo o realmente fue la rabia que me hizo borrarte. Evitar tu mirada a toda costa, porque, seguramente, si me cruzaba con tus ojos profundos y estrellados, habría renunciado a mi nombre, entregándome a ti por completo.

Dónde se fue mi dignidad.

Tuve que interponer una muralla entre los dos, ya que, no podía seguir esperando por el flotar de las montañas, ligeras como pluma, que tu jamás harías posible lo imposible. Y me da pena pensar que no lo harías, porque me miraste a los ojos, directo al corazón palpitante, junto a ti, y me dijiste que nunca habías sentido el cariño que sentías por mí.

Y juro que no quiero traicionar tu memoria con mentiras y dudas, pero ¿fue real lo que hubo entre tú y yo? Y cuando formulo la pregunta en pasado, más me provoca ansiedad las imágenes que no dejan de colmar mi mente; como tu rostro, tu sonrisa que ocultabas del mundo, pero jamás de mí. De tu piel que era parte de la mía y de los abrazos que siguen perforándome el cuerpo. Porque tu fragancia, tu recuerdo no me abandona, como maldición gitana.

Quisiera decir que no estoy para nada esperanzado en que derrumbes la muralla, que acortes la distancia, que me encuentres oculto entre las sombras y me des el más apasionado de tus besos, pero ya no creo en ti.

Estoy agotado.

Ya no soy un creyente de los cuentos que me dedicabas solo a mí y si te soy honesto, quisiera que el cuento que fuimos tú y yo no hubiera tenido ese precipitado final.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los mensajes que callé: La distancia entre tú y yo.

Los Mensajes que Callé (LMC): La despedida.

Los mensajes que callé: Síndrome del corazón roto.