Los mensajes que callé: La alegría del amor.
¿Está roto tu corazón?
Déjame vendarlo,
darle los cuidados apropiados,
llenarle de caricias
hasta sanar la herida,
que no hay nada en esta vida
que quiera más que cuidar de ti.
Y te ofrezco mis hombros
no solo para llorar,
solo apóyate en ellos y verás
que juntos lo podemos superar
todo
y te brindo mis brazos y piernas,
mis risas y besos,
mi tiempo y el cariño que te tengo,
que un solo beso nos conceda,
un infinito, contigo.
Si tu saltas, yo salto, amor.
Suéltale la mano al miedo
no es nuestro compañero,
afrontaremos la angustia y el pesar,
tú y yo,
dos amantes de la vida
porque no hay mayor alegría
verte los ojitos morochos sonreír.
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