Los mensajes que callé: Aquellos que coquetean (en las sombras).
que no hay escondite suficiente
para reprimir tanto deseo.
Resguardado,
al alero de la noche de mayo
tus besos fugaces envuelven
y revolotean como mariposas
curiosas,
coquetas
y sedientas del néctar que
desprenden
tus labios de azúcar amargo.
Estoy acabado.
Y te invito a que salgas de tu
escondrijo,
mariquita linda,
pósate en mi hombro
y bríndame buena fortuna
que el universo sea nuestro para
disfrutar,
ya no reprimas tus colores,
solo ven conmigo a celebrar.
Al anochecer
de la primera estrella
siempre serás mi deseo
con los ojos cerrados.
Entonces, brilla conmigo,
amado mío,
que nuestra vida sea siempre una
fiesta
y juntos conmemorar
la promesa de un día más.
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